Ante la decisión de implantar un Sistema de gestión en una organización, el hecho de contratar una consultoría para que nos ayude en el proceso de implantación no nos exime del resto de responsabilidades. Es la propia organización y no el consultor, la que debe llevar a cabo la labor, con ayuda externa o sin ella.

Una consultoría puede ayudarnos en la implantación de un Sistema de gestión, pero el trabajo debe realizarlo la organización
A la hora de plantearse implantar un Sistema de gestión en una organización, está bien tener en cuenta la posibilidad de solicitar ayuda externa en forma de consultoría, ya sea de calidad, medioambiente o prevención de riesgos laborales, incluso las tres opciones si se trata de un Sistema integrado de gestión, dado que no se tiene porqué saber de todo y estos temas se prestan muy bien a ser realizados por una consultoría.
Pero algo debe quedarnos bien claro desde el principio: las cosas ha de llevarlas a cabo la propia organización. No se paga al consultor para que haga el trabajo, se le paga para que nos oriente, y nos indique los pasos a seguir en el proceso. De nada sirve que el consultor venga una vez por semana si la organización no pone nada de su parte y no hace las cosas.
Es inútil que el consultor nos traiga determinado procedimiento de calidad ya redactado por él y nos diga que hay que implantarlo y rellenar ciertos registros de producción en fábrica también diseñados por él si luego la organización no lleva a cabo la tarea encomendada y no hay nadie en la misma encargada de realizar la toma de datos en dichos registros y archivarlos. El consultor no va a ser quien rellene esos registros en fábrica.
Tampoco nos ayuda mucho que sea el consultor el que nos redacte un procedimiento donde nos comunique la necesidad de separar los residuos contaminantes para su posterior recogida por parte de empresas autorizadas si en fábrica se envía todo al mismo contenedor porque esa información no ha llegado a los trabajadores. El consultor no va a estar allí manchándose el traje separando dichos residuos.
Ni mucho menos sirve que el consultor o el Servicio de prevención ajeno, llegue un buen día con el procedimiento de investigación de accidentes si en el momento de producirse uno, nadie de la organización se va a encargar de realizar la misma ni de informar a las autoridades competentes, y mucho menos de informar al trabajador afectado de las medidas correctivas y/o preventivas derivadas de la misma en caso de que la investigación sí que la realice el Servicio de prevención ajeno. El consultor no va a hablar con el trabajador afectado por el accidente porque puede que ni le conozca.
No se puede cargar el peso del Sistema de gestión sobre una persona ajena a la organización. No va a funcionar.
Si os interesa este artículo, podéis continuar leyendo en El papel del consultor (y Parte II).
* Imagen extraída de: http://office.microsoft.com